A principios del verano salió en los medios que por fin (¿!?) se había demostrado que la agricultura ecológica era mejor para la salud. Los titulares fueron bastante grandilocuentes y daban a entender que por fin la ciencia confirmaba lo que ellos sabían de antemano.
La verdad es que a pesar de este estudio, la agricultura ecológica ya se anunciabacomo mejor para la salud, incluido en algunas campañas oficiales, como la de “vive la agricultura ecológica“. Llama la atención que todos los estudios anteriores han llegado a la conclusión contraria, sin ver diferencias significativas en cuanto al contenido nutricional, pero no han merecido apenas atención en la prensa.
¿En qué se diferencia este artículo de los anteriores?¿Por qué llega a conclusiones contrarias? Lo primero que llama la atención es que parece que ningún periodista se lo ha leído. En ninguna parte del estudio se menciona la palabra salud, ni se dice que comer ecológico mejore la salud, a pesar de los titulares llamativos. Este estudio analiza estudios de contenido nutricional, es decir, un alimento puede tener más vitamina C que otro, pero eso no quiere decir que si comes más del alimento que tiene más vitamina C vas a estar más sano ¿Por qué? Muy fácil. Si en tu dieta normal tienes un aporte suficiente de vitamina C, tu salud no será verá afectada por comer más del alimento que más contiene.
Otra curiosidad del artículo es el criterio de inclusión. Por mucho que se empeñen, la agricultura ecológica es un término legal, que hace referencia a alimentación que se ha producido siguiendo una reglamentación concreta. Incluso existen países donde no hay tal reglamentación. No filtrar estos resultados de antemano puede acabar suponiendo que sumes peras y manzanas. Las diferencias entre reglamentaciones pueden ser brutales, por ejemplo, en la normativa americana se permite el uso de antibióticos en agricultura, en la Europea no se permiten, ni en convencional ni en ecológico. Al final, siguiendo su criterio generoso de inclusión de artículos, llegan a la conclusión de que hay más antioxidantes y menos contaminantes como cadmio. Ellos lo dejan ahí, lo de la salud ya es cosa de como se ha recogido la noticia.
Habría que tener en cuenta que si asumimos que su criterio es mejor que el de los artículos anteriores, entonces podría argumentarse que los productos ecológicos son nutricionalmente más pobres, porque en sus datos se observa una bajada en el contenido de aminoácidos y de contenido proteíco en los productos ecológicos. Ellos argumentan que no es grave y que la disminución es mínima. Curiosamente la disminución es superior al aumento de antioxidantes en algunos casos. Aquí viene la paradoja: no tenemos ninguna alarma alimentaria por exceso de cadmio o falta de antioxidantes, cuyo papel está cada vez más cuestionado. En cambio si que tenemos advertencias que determinado tipo de personas, principalmente veganos, pueden tener problemas por falta de aminoácidos, y sin embargo, los autores consideran este resultado DE SU PROPIO ANÁLISIS, como irrelevante.
Otra cosa extraña del artículo es que menciona que una de las diferencias de la producción ecológica frente a la convencional es el tipo de semillas utilizadas, algo que no es cierto mientras no te refieras a OGM. La misma semilla se puede cultivar como ecológico o como convencional. Y como cosa rara, los agradecimientos del artículo son al presidente de la Soil Association (asociación de agricultura ecológica británica, con más lords por metro cuadrado que en la cámara de los ídems), diciendo que leyó el artículo pero no modificó nada… como si hubiera que pedirle permiso. El autor principal del artículo afirma también en los comentarios finales que tiene una explotación convencional en Alemania y una ecológica en Grecia. No si estos, pobres no son.
Bueno, pues estas cosas comente por la vía oficial a la misma revista, que ha tenido a bien publicarme una carta señalando las aparentes contradicciones del estudio. La carta se titula “¿Debemos recomendar comer ecológico en base a sus beneficios para la salud?” Ha sido publicada en la misma revista que publicó el artículo original. No creo que todos los medios de comunicación que han comentado a bombo y platillo que la comida ecológica es mejor para la salud se hagan eco de la carta que dice que no es para tanto y de las “curiosidades” del artículo… pero bueno, los datos están ahí siguen diciendo lo que dicen.
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