viernes, 29 de julio de 2016

Los tipos de civilizaciones

La Escala de Kardashov es un método propuesto en 1964 por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización. Tiene las siguientes tres categorías, basadas en la cantidad de energía utilizable que una civilización tiene a su disposición, que se incrementan de manera exponencial. La escala tiene tres categorías llamadas Tipo I, II y III. Estos se basan en la cantidad de energía utilizable que una civilización tiene a su disposición, y el grado de colonización del espacio. En términos generales, una civilización de Tipo I ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, Tipo II de su sistema solar, y Tipo III de su galaxia.
La civilización humana se encuentra actualmente alrededor de 0,72, con los cálculos que sugieren que podemos alcanzar el estado de Tipo I en unos 100-200 años, de Tipo II en unos cuantos miles de años, y de Tipo III entre unos 100.000 a un millón de años. Así pues, ¿Cuántas civilizaciones que entren en la escala de Kardashov existirán en el vastísimo universo? Es una pregunta interesante, pero antes veamos más sobre la escala.

Los tres niveles de la Escala de Kardashov se pueden cuantificar en unidades de potencia (vatios) y se representan en una escala creciente logarítmica.

Tipo I - Una civilización que es capaz de aprovechar toda la potencia disponible en un único planeta, aproximadamente 1016 W. La cifra puede ser bastante variable; la Tierra tiene una energía disponible de 1,74×1017 W.

Tipo II - Una civilización que es capaz de aprovechar toda la potencia disponible de una única estrella, aproximadamente 1026 W. La cifra puede ser variable; el Sol emite aproximadamente 3,86×1026 W.


Tipo III - Una civilización que es capaz de aprovechar toda la potencia disponible de una sola galaxia, aproximadamente 1037 W. Esta cifra es extremadamente variable, ya que las galaxias tienen un rango de tamaños muy amplio.

martes, 26 de julio de 2016

La obesidad infantil podría estar relacionada con un elevado consumo de pescado durante el embarazo

Es conocido que consumir pescado tiene numerosos beneficios para la salud de la embarazada y de su bebé. Entre los más importantes, su aporte de proteínas de gran calidad y de ácidos grasos omega-3, cuyos efectos se relacionan con una mejor capacidad intelectual de los niños. Sin embargo, ahora, científicos griegos han detectado una posible asociación entre un alto consumo de pescado en la gestación con un mayor riesgo de obesidad infantil. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?
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Concretamente, el estudio publicado en JAMA Pediatrics concluye que las mujeres que comían pescado más de tres veces por semana cuando estaban embarazadas dieron a luz a niños con valores de índice de masa corporal superior a los 2, 4 y 6 años de edad en comparación con las mujeres que comieron menos pescado.

Pescado & embarazo, a estudio

El estudio, llevado a cabo por Leda Chatzi, investigadora de la Universidad de Creta (Grecia), junto a otros investigadores, tiene unas muestras suficientemente amplias para ser tenido en consideración: analizó los datos de 26.184 mujeres embarazadas y sus hijos en estudios de cohorte europeos y americanos para examinar las asociaciones entre el consumo de pescado de la madre y el crecimiento infantil y el sobrepeso y la obesidad. También se hizo un seguimiento de los niños a intervalos de dos años hasta la edad de 6 años.
El promedio de la ingesta de pescado durante el embarazo varió entre las áreas de estudio con un rango de 0,5 veces por semana en Bélgica hasta 4,45 veces por semana en España. El alto consumo de pescado se fijó en una ingesta de más de tres veces a la semana, mientras que la baja ingesta de pescado era una vez a la semana o menos y el consumo moderado se estableció entre más de una vez, pero no más de tres veces a la semana. De los niños, 8.215 (el 31%) eran de crecimiento rápido desde el nacimiento hasta los dos años de edad, mientras que 4.987 (el 19,4%) y 3.476 (el 15,2%) eran niños con sobrepeso u obesidad en edades de 4 y 6 años, respectivamente.
Asimismo, el consumo elevado de pescado de la madre durante el embarazo se asoció con un mayor riesgo de un rápido crecimiento desde el nacimiento hasta los 2 años y con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad para los niños en edades comprendidas entre los 4 y los 6 años, en comparación con el consumo de pescado de la madre durante el embarazo de una vez a la semana o menos. La magnitud del efecto de la ingesta de pescado fue mayor en las niñas que en los niños.

El problema: los contaminantes del pescado

¿A qué puede deberse esa relación? Según apunta uno de los investigadores, Manolis Kogevinas, miembro del CREAL, “el pescado es una fuente común de exposición humana a los contaminantes orgánicos persistentes, que pueden ejercer propiedades de alteración endocrina y contribuir al desarrollo de la obesidad y el aumento de la adiposidad infantil", explica.
De hecho, ya en 2014, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE UU animó a las mujeres embarazadas, en lactancia o que puedan quedarse embarazadas a no consumir más de tres porciones de pescado a la semana para limitar la exposición delfeto al metilmercurio.

Incógnitas aún por desvelar

A pesar de ello, todavía hay muchas dudas por resolver. Por ejemplo, qué tipos de pescado y de cocción son más prejudiciales. En ese sentido, los investigadores remarcan que recolectaron información sobre el consumo de diferentes tipos de pescado, pero que no tenían datos suficientes para distinguir entre las especies de peces, los procedimientos de cocción o si eran de río o mar.
"Por otra parte, en ausencia de información sobre los niveles de contaminantes orgánicos persistentes entre los estudios de cohortes participantes, nuestra hipótesis de que la exposición asociada a los contaminantes de los peces puede desempeñar un papel en las asociaciones observadas sigue siendo especulativa", remarca Chatzi. Y concluye: "nuestros resultados están en línea con el límite de consumo de pescado durante el embarazo propuesto por la FDA y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE UU".
Opinión del editor científico de Inatal: Estos son datos que se deben interpretar con mucha cautela porque las diferencias podrían ser debidas a otros factores. Los beneficios de comer pescado durante el embarazo están claros y no se deberían modificar las recomendaciones al respecto.

Comer patatas podría suponer mayor riesgo de sufrir diabetes en el embarazo

La patata es uno de los alimentos de cultivo más consumidos en el mundo y uno de los más apreciados teniendo en cuenta su bajo precio. Sin embargo, comerlas de manera habitual no es un hábito demasiado saludable en el embarazo. Según un estudio publicado en el British Medical Journal, las mujeres que consumen patatas al menos una vez por semana tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes durante el embarazo.
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 La patata y su relación con la diabetes gestacional

Una embarazada que coma semanalmente una patata hervida o al horno, 237 mililitros de puré de patatas o 113 gramos de patatas fritas tiene un 20% más posibilidades de sufrir diabetes. Mientras que si consume más de cinco raciones por semana el riesgo será un 50% mayor.
El estudio, que arrancó en 1991, hizo el seguimiento a lo largo de diez años de la dieta de 15.632 mujeres y sus respectivos 21.639 embarazos. Del total de las participantes, la investigación detectó que 854 desarrollarondiabetes gestacional. Las afectadas, según el informe publicado por la revista británica, tenían un Índice de Masa Corporal más alto que el resto, realizaban menos actividad física, consumían más calorías y, en general, su dieta era peor que las embarazadas que no desarrollaron la dolencia.
La investigación reconoce el aporte nutricional de las patatas, que son ricas en vitamina C, potasio, fibra dietética y algunos fotoquímicos, pero advierte de que las grandes cantidades de almidón que contienen, a diferencia de otros vegetales, “pueden tener efectos perjudiciales sobre el metabolismo de la glucosa”. La investigación corrobora la relación que otros estudios epidemiológicos han hecho sobre el consumo habitual de patatas con la incidencia de diabetes gestacional.

Las consecuencias de la diabetes gestacional

En este sentido alerta de que los riesgos de padecer esta dolencia durante la gestación van mucho más allá de las complicaciones en el parto –debido al mayor tamaño del feto, que engorda demasiado-: la enfermedad también causa problemas cardiovasculares y metabólicos que pueden afectar tanto a la madre como al futuro bebé. De hecho, recientemente otro estudio, publicado por la revista JAMA Internal Medicine, de la Asociación Médica de Estados Unidos, asociaba el desarrollo de diabetes antes de las 26 semanas de gestación con un mayor riesgo de autismo del bebé.
El organismo de la mujer gestante que sufre la enfermedad se muestra intolerante a la glucosa, por lo que tiene elevados y persistentes niveles de azúcar en sangre. En la mayoría de casos, la disfunción desaparece una vez el bebé nace, pero las embarazadas que la han padecido tienen mayores probabilidades de acabar desarrollando diabetes tipo 2 –la más prevalente en la sociedad- con el transcurso de los años.

Más verduras, menos patata

La investigación también ha tenido en cuenta el tipo de cocción de las patatas que consumían las mujeres objeto de estudio, y concluye que tanto si se hacen hervidas, como fritas o al horno, su consumo está “significativamente relacionado” con la aparición de diabetes durante el embarazo. Por todo ello los autores del trabajo recomiendan a las embarazadas la sustitución de patatas por otros alimentos. Una buena alternativa, según los expertos, son verduras, legumbres y cereales integrales. Como siempre, lo importante en el embarazo es llevar una dieta equilibrada y comer pensando en dos.

Los fetos tienen recuerdos y aprenden antes de nacer

En la semana 38 de embarazo, cuando el bebé está a punto de nacer, la memoria es evidente. O al menos eso dicen los expertos. Lo que no se sabía es que los fetos pudieran aprender algo antes de esa fecha. Ahora, un estudio publicado en el Infant Behavior and Development sugiere que todo aquello que los fetos oyen a partir de lasemana 34 puede inspirar el aprendizaje posterior.
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 Los fetos aprenden desde la semana 34

La investigación, liderada por Charlene Krueger, profesora asociada de la Universidad de Florida (EE.UU.), aporta evidencias científicas de que los bebés comienzan a adquirir conocimientos en el útero antes de lo que se pensaba, concretamente tres semanas antes. Para descubrirlo Krueger ha estudiado el efecto del sonido en los fetos, específicamente su reacción a la voz de la madre en el último trimestre, que es cuando se desarrolla el oído. En ese tiempo, los futuros bebés ya están formados, y con técnicas de imagen se puede captar la reacción ante algunos estímulos.

La prueba: la voz de la madre tranquiliza a los fetos

Las pruebas medían la frecuencia cardíaca de los fetos mientras escuchaban una grabación de una voz femenina repitiendo el mismo ritmo de la nana que su madre le cantaba en casa. Si el ritmo cardíaco se aceleraba, los investigadores lo atribuían a que los fetos no habían comprendido los nuevos sonidos. Si la frecuencia cardíaca disminuía, significaba que habían encontrado un ritmo que les era familiar. Así descubrieron que a partir de lasemana 34, los ritmos cardíacos de los fetos comenzaban a disminuir mientras escuchaba la grabación, y a la 38, cuatro semanas después de haber oído la grabación, también: es decir, los fetos se acordaban del ritmo.

La lactancia materna puede salvar más de 800.000 vidas de niños al año y evitar 20.000 cáncer de mama


Una lactancia prolongada podría salvar la vida de más de 800 mil bebés cada año y ahorrar mucho dinero a los sistemas de salud en el mundo gracias a su efecto protector contra algunas enfermedades infantiles. Así lo revelan varios estudios científicos y así lo recoge la revista británica The Lancet, que apunta también los efectos preventivos de la lactancia materna respecto al cáncer de mama.
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La lactancia materna, todavía por explotar

The Lancet, sin embargo, quiere hacer hincapié en que todavía hay millones de niños que no reciben todos los beneficios proporcionados por la lactancia materna. "Sólo un niño de cada cinco recibe lactancia materna hasta sus doce meses en los países ricos, mientras que sólo uno de cada tres es amamantado exclusivamente en los seis primeros meses de vida en los países con ingresos bajos o medios", apunta. En el mismo sentido, la Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda que los bebés se alimenten exclusivamente con leche materna hasta los seis meses y parcialmente hasta los dos años. Ese es un privilegio del que goza, según la OMS, menos del 40% de los niños en el mundo.  

Sus beneficios, más allá de la alimentación

Aparte de la función alimentaria, la lactancia tiene efectos saludables tanto para el recién nacido como para la madre. La lactancia de larga duración "podría salvar más de 800 mil vidas de niños cada año en el mundo, o sea el equivalente al 13% del conjunto de muertes de menores de dos años", precisan los autores basándose en una serie de investigaciones. Además podría prevenir cada año el fallecimiento de 20 mil madres por cáncer de mama, aseguran.   

Su repercusión el la salud mundial

Y, contrariamente a una "idea falsa y ampliamente extendida", los beneficios de la crianza con leche materna no repercuten exclusivamente en los países pobres. "Nuestros estudios demuestran claramente que la lactancia salva vidas y permite ahorrar en todos los países, tanto los ricos como los pobres". De ahí la necesidad, según ellos, de hacer frente al problema a escala mundial. "En los países ricos, la lactancia reduce en más de un tercio la muerte súbita del recién nacido. En los pobres o de ingresos medios, alrededor de la mitad de las epidemias de diarrea y un tercio de las infecciones respiratorias podrían evitarse gracias a la lactancia", añaden los investigadores.  Contribuiría asimismo a disminuir los riesgos de obesidad y de diabetes infantil. Y a las madres les reduciría la probabilidad de padecer cáncer de mama o de ovarios.

Un ahorro económico

Los investigadores calculan que si el índice de lactancia materna como única alimentación hasta los seis meses de vida subiera al 90% en Estados Unidos, China y Brasil supondría "un ahorro para el sistema de salud de al menos 2.450 millones de dólares en Estados Unidos, de 223,6 millones en China y de 6 millones en Brasil". Entre los países ricos, Reino Unido, Irlanda y Dinamarca cuentan con algunos de los índices más bajos del mundo de lactancia durante doce meses (respectivamente inferior a 1%, 2%, 3%).  
Estiman además que la lactancia materna insuficiente representó una pérdida de 302.000 millones de dólares (0,49% del PIB mundial) en 2012. Se basan en un estudio publicado en marzo de 2015, que afirma que la lactancia contribuye al aumento de la inteligencia, a una escolaridad más larga y a mayores ingresos en la edad adulta.

Berlín y Wroclaw, dos ciudades conectadas en el ciberespacio

Imagínense poder desplazarse hasta otra ciudad sin tener que moverse del lugar en el que se encuentran.
Berlín, en Alemania, y Wroclaw, en Polonia. Dos ciudades separadas geográficamente, ahora están unidas en el ciberespacio gracias a un proyecto bautizado Luneta.
Los habitantes de la capital alemana pueden así visitar la ciudad polaca a través de imágenes que llegan en tiempo real.
Wroclaw es este año Capital Europea de la Cultura.
“Luneta es como una ventana, una ventana entre dos ciudades que se encuentran alejadas. Alejadas de muchas maneras, no solo geográficamente. En Berlín y Wroclaw se hablan diferentes lenguas. Son dos ciudades que también están separadas por la imaginación y la memoria sobre todo porque hasta 1945 Wroclaw era Breslau, una ciudad alemana”, explica Chris Baldwin, uno de los responsables del proyecto.
El sistema de cámaras es clave en este proyecto. Se encuentra escondido en la parte que no es accesible al público. Las cámaras están colocadas en unos andamios y han sido conectadas a unos servidores que hacen posible la conexión.
“Tenemos 60 monitores que están conectados a 60 ordenadores. Hemos establecido toda una red que nos permite recibir imágenes en directo de la otra ciudad. Podemos conectar Berlín y Wroclaw en tiempo real gracias a Luneta”, explica también Jacek Bednarek, técnico de Luneta.
La interacción entre los visitantes de la instalación en las dos ciudades es otro de los elementos principales del proyecto Luneta.

Una empresa holandesa quiere aspirar el plástico que flota en el océano

Expertos en medioambiente han advertido recientemente de que millones de toneladas de plástico contaminan los océanos matando a aves y mamíferos marinos y muchos otros animales.
Pero un rayo de esperanza ha aparecido a 23 kilómetros de la costa del Mar del Norte. Allí una empresa holandesa ha desplegado un sistema de barreras que podría ayudar a recoger toda esa basura.
“Este sistema está formado por unas barreras flotantes que nos permiten recoger el plástico concentrado. También hay un sistema de anclaje que impide que la basura se mueva con el objetivo de poder aspirarla y sacarla del océano”, explica Boyan Slat, fundador de Ocean Cleanup.
Este sistema es, por ahora, un prototipo y será testado durante un año en el Mar del Norte.
La basura recogida será enviada a una compañía de reciclaje.
“Han existido varios proyectos para recoger el plástico del océano pero casi todas esas ideas se centraban en pescarlo desde un barco. Son sistemas muy caros además de poco respetuosos con la vida marina. Estos sistemas tardarían 79 000 años en limpiar el océano”, afirma Slat.
Pero las barreras flotantes solo pueden recuperar la basura de la superficie, es decir, una pequeña parte de los millones de toneladas de plástico vertidos al oceáno desde 1970.
“80% de toda la basura que encontramos en el mar viene de la tierra por ello es importante que la lucha contra este tipo de contaminación se haga a otro nivel. Este sistema puede ayudar pero lo más importante es explicar a la gente que la solución a este problema debe empezar en tierra”, explica Nina van Toulon, experta en la prevención y la gestión de residuos.
Si las pruebas terminan con éxito, este sistema podría ser desplegado en 2020. Según la empresa responsable del proyecto, en una década podrían recoger casi la mitad del plástico de la “Gran Mancha de basura del Pacífico”, una zona totalmente cubierta de desechos marinos situada en el centro de ese Océano.