La patata es uno de los alimentos de cultivo más consumidos en el mundo y uno de los más apreciados teniendo en cuenta su bajo precio. Sin embargo, comerlas de manera habitual no es un hábito demasiado saludable en el embarazo. Según un estudio publicado en el British Medical Journal, las mujeres que consumen patatas al menos una vez por semana tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes durante el embarazo.
Una embarazada que coma semanalmente una patata hervida o al horno, 237 mililitros de puré de patatas o 113 gramos de patatas fritas tiene un 20% más posibilidades de sufrir diabetes. Mientras que si consume más de cinco raciones por semana el riesgo será un 50% mayor.
El estudio, que arrancó en 1991, hizo el seguimiento a lo largo de diez años de la dieta de 15.632 mujeres y sus respectivos 21.639 embarazos. Del total de las participantes, la investigación detectó que 854 desarrollaron
diabetes gestacional. Las afectadas, según el informe publicado por la revista británica, tenían un Índice de Masa Corporal más alto que el resto, realizaban menos actividad física, consumían más calorías y, en general, su dieta era peor que las embarazadas que no desarrollaron la dolencia.
La investigación reconoce el aporte nutricional de las patatas, que son ricas en vitamina C, potasio, fibra dietética y algunos fotoquímicos, pero advierte de que las grandes cantidades de almidón que contienen, a diferencia de otros vegetales, “pueden tener efectos perjudiciales sobre el metabolismo de la
glucosa”. La investigación corrobora la relación que otros estudios epidemiológicos han hecho sobre el consumo habitual de patatas con la incidencia de
diabetes gestacional.
En este sentido alerta de que los riesgos de padecer esta dolencia durante la
gestación van mucho más allá de las complicaciones en el
parto –debido al mayor tamaño del
feto, que engorda demasiado-: la enfermedad también causa problemas cardiovasculares y metabólicos que pueden afectar tanto a la madre como al futuro bebé. De hecho, recientemente otro estudio, publicado por la revista
JAMA Internal Medicine, de la Asociación Médica de Estados Unidos, asociaba el desarrollo de diabetes antes de las 26 semanas de
gestación con un mayor riesgo de autismo del bebé.
El organismo de la mujer gestante que sufre la enfermedad se muestra intolerante a la
glucosa, por lo que tiene elevados y persistentes niveles de azúcar en sangre. En la mayoría de casos, la disfunción desaparece una vez el bebé nace, pero las embarazadas que la han padecido tienen mayores probabilidades de acabar desarrollando diabetes tipo 2 –la más prevalente en la sociedad- con el transcurso de los años.
Más verduras, menos patata
La investigación también ha tenido en cuenta el tipo de cocción de las patatas que consumían las mujeres objeto de estudio, y concluye que tanto si se hacen hervidas, como fritas o al horno, su consumo está “significativamente relacionado” con la aparición de diabetes durante el embarazo. Por todo ello los autores del trabajo recomiendan a las embarazadas la sustitución de patatas por otros alimentos. Una buena alternativa, según los expertos, son verduras, legumbres y cereales integrales. Como siempre, lo importante en el embarazo es llevar una dieta equilibrada y
comer pensando en dos.
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