martes, 5 de agosto de 2014

Atención, pregunta: ¿Cuántas burbujas hay en una copa de cava?

Un bonito problema de Fermi. No sé si te atreves a realizar una estimación. Inténtalo. ¿Hay cientos de millones? ¿Hay millones? ¿Cientos de miles? ¿Sólo unos pocos miles? Recuerda que una botella de 75 cL (centilitros) permite rellenar unas 7 copas. Y que el método tradicional de elaboración del cava consiste en añadir 24 g/L (gramos por litro) de azúcar al vino base para que en la segunda fermentación alcohólica en botella se produzcan unos 11,8 g/L de CO2 (dióxido de carbono).
¿Cuánto volumen de CO2 gaseoso hay disuelto en una botella de 75 cL? ¿Cuántas burbujas se pueden nuclear con esa cantidad de gas? ¿Cuántas se pierden al descorchar la botella? ¿Cuántas se pierden al servirla?
Usa los comentarios si aceptas el reto de Fermi. Mi solución en este blog dentro de unos días.
Por cierto, parece que le prometí a Rosa Porcel (aka @bioamara) una entrada sobre cerveza/vino. Supongo que preparé un borrador, como suele ser mi costumbre cuando realizo ese tipo de promesas, pero ya debo haberlo borrado (como tantos otros). Por ello, en lugar de una entrada sobre la biotecnología de la cerveza y del vino, me he decantado por un “biotecnorreto” sobre el cava. Prometo, eso sí, una nueva entrada sobre los mecanismos moleculares del sabor del vino y de la cerveza (basada en Amparo Gamero et al., “Wine, Beer and Cider: Unravelling the Aroma Profile,” Molecular Mechanisms in Yeast Carbon Metabolism 261-297, 07 May 2014).

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